¿Qué son las heridas emocionales?
Las heridas emocionales son cicatrices psicológicas que se forman como resultado de experiencias dolorosas o traumas vividos a lo largo de nuestra vida. Ya desde las primeras etapas de nuestras vidas pueden surgir situaciones que impactan sobre nuestra persona, provocando estas heridas.
Los nutrientes básicos para un buen desarrollo
Los nutrientes básicos para un buen desarrollo en la infancia, de manera que podamos generar un apego seguro con el entorno son la pertenencia (sentimiento de formar parte de algo o alguien), el afecto (cariño o amor que sentimos por alguien o algo) y la estructura (rutina y límites).
Sentirte perteneciente de algo o alguien, se refiere a generar una identidad en base a unas raíces, el afecto tanto físico como verbal, te permite vincular y acercarte a las personas y, por último, los límites, hábitos y rutina ofrecen estabilidad y certidumbre hacia como son las cosas y que podemos esperar.
Carencias en la infancia y su impacto en la adultez
Cuando en la etapa de la infancia escasean o no están presentes estas bases, se generan ciertas carencias que impiden un desarrollo sano y favorecen ciertas dificultades emocionales y relaciones en la edad adulta. Estamos hablando de las 5 heridas de la infancia y de la siguiente forma impactan en la edad adulta.
Las 5 heridas de la infancia y su impacto en la vida adulta
- Herida de abandono: genera sensación de no sentirse querido, se crean relaciones de dependencia en las que se camuflan en la identidad de otras personas. Son personas que buscan sentirse amados.
 - Herida de rechazo: genera sensación de autodesprecio, necesitan la aprobación y el reconocimiento de los demás, su seguridad está en base a ello.
 - Herida de humillación: genera sensación de encubrir algo y ser una mala persona, anteponen las necesidades de los otros y son personas con una elevada complacencia.
 - Herida de traición: genera sensación de incertidumbre y pérdida de confianza en el otro, en uno mismo o en todo. Tienden a relacionarse con personas que les cuesta vincular (apego evitativo).
 - Herida de justicia: genera sensación de indefensión y vulnerabilidad, se crean relaciones difíciles con figuras de autoridad o se convierten en ellas de manera abusiva.
 
Conclusión
Las heridas emocionales, como cualquier herida física, se pueden curar. Identificarlas, será el primer paso para poder repararlas y sanar ese niño/a herido que llevamos dentro.
Lara Carrillo Cantero